En este artículo:
- Donald Trump prometió que “mejorará” Hollywood, nombrando a Sylvester Stallone, Mel Gibson y Jon Voight como “embajadores” especiales encargados de encontrar oportunidades para la industria.
- Aunque todavía no hay planes precisos, David Zaslav y otros ejecutivos sienten confianza de las oportunidades que brindan.
- De acuerdo a ciertos productores que prefirieron mantenerse anónimos, la llegada de Trump ya está impactando la ideología y temáticas que se representan en las películas de Estados Unidos, especialmente en blockbsuters como Captain America y Blancanieves.
Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos una vez más con posturas que preocuparon y conmocionaron al mundo. Entre promesas sobre cambiarle el nombre al Golfo de México, su renuencia a cooperar en temas sobre cambio climático, su compromiso con las expediciones a marte y declarar que en Estados Unidos hay sólo dos géneros, también hizo fuertes declaraciones sobre Hollywood y la industria cinematográfica.
Durante años, Trump y figuras cercanas a él, como Marco Rubio y Ron DeSantis, han criticado la supuesta “agenda woke” de Hollywood, alegando que la élite cinematográfica estaba promoviendo intereses políticos ocultos a través de las películas que produce. Y su llegada trajo consigo nuevos planes para “revitalizar” la industria.
Pero, ¿exactamente cuáles son sus planes y qué opina Hollywood al respecto? Les contamos cómo la nueva presidencia de Donald Trump podría impactar el futuro del cine en Estados Unidos.

¿Cómo Donald Trump quiere “hacer a Hollywood genial de nuevo”?
En su discurso inaugural, Donald Trump mencionó que “el cine de Hollywood había perdido mucho dinero y presencia frente a otros países” y aunque no especificó qué tipo de estrategias seguirá para mejorar esto, nombró a Sylvester Stallone, Mel Gibson y Jon Voight (todos actores que se posicionaron abiertamente a favor del ahora presidente) como “embajadores”, que servirán como “sus ojos y oídos” en la industria para encontrar “nuevas oportunidades”.
De acuerdo a fuentes anónimas de Variety, aunque realmente no se delimitó un plan a seguir, productores de alto perfil están “felices” de las declaraciones de Trump. Un productor mencionó que le parecía “catastrófico el hecho de que tuviéramos que filmar toda la película en Bulgaria porque era la mitad de barato que filmar en Los Angeles. Nunca escuchaste a Joe Biden hablar sobre cómo nos ayudaría”.
Stallone, Gibson y Voight se enfrentan a un panorama difícil. No sólo tienen que averiguar cómo seguir expandiendo la industria de Hollywood frente al panorama internacional, en donde gracias al streaming y la inflación, la tendencia de los consumidores han cambiado mucho. También deben encontrar una forma de que China, antes lugar estratégico para sus blockbusters, decida modificar sus normas y volver a importar las producciones estadounidenses.
Esto, combinado con los retos que enfrentan a nivel local, pues si bien suena nostálgica la idea de que California vuelva a ser un punto importante para la creación cinematográfica suena bien, la propia inflación y expansión de infraestructura que atraviesan será otro gran problema.
Pero sin duda la llegada de Donald Trump es positiva para grandes estudios. Como mencionaron figuras como David Zaslav, la cabeza de Warner Bros Discovery y el multimillonario John Malone, el segundo mandato del neoyorquino podría relajar las normas anti-monopolios y así facilitar la adquisición y fusión entre empresas mediáticas.

¿Hollywood se prepara para la nueva era de Donald Trump?
Rumores aseguran que Jeff Bezos, el dueño de Amazon que estuvo presente en la ceremonia inaugural, ya accedió a invertir más de 40 millones de dólares en un documental sobre Melania Trump. Y el cineasta Brett Ratner, quien fue acusado por seis mujeres diferentes de mala conducta sexual, parece que será el encargado de llevar la producción.
Según fuentes de Vulture, un ejecutivo cercano a la producción de grandes Blockbusters “Hollywood sin duda alguna se ha inclinado mucho más a la izquierda ideológica en los últimos años, por lo que era inevitable que oscilara para el otro lado”. Mientras que otra persona aceptó que “el cine al final es una industria y se van a adaptar a cualquier ideología porque al final tienen que generar dinero”.
Durante años, Donald Trump peleó públicamente con cadenas como la ABC, Disney o el Washington Post, por lo que algunas personas expertas en el tema le comentaron a Variety que “tal vez estas empresas decidan ceder a los intereses del presidente para evitar una venganza”.
El clima político se pudo observar desde antes de que asumiera el poder. The Apprentice, una biopic protagonizada por Sebastian Stan que toca los momentos más controversiales del magnate, ha sido ignorada por todo Hollywood, casualmente después de que Trump se posicionara abiertamente en contra de la película y amenazara con demandar al equipo de producción.
Rachel Zegler también se ha convertido en una representante de cómo están cambiando los tiempos. Cuando se dieron los resultados de la elección, la actriz de Blancanieves publicó un fuerte mensaje en contra del presidente, pero después de la ola de críticas y boicots al live-action, se disculpó públicamente.
Otros rumores aseguran que gran parte de los reshoots de Captain America: Brave New World fueron debido a las similitudes entre Thaddeus Ross (Harrison Ford) y Trump. Según fuentes, la idea de un líder militar demagógico que resulta ser un fascista y luego se convierte en un monstruo rojo era una metáfora demasiado “cercana” a las críticas que ha recibido el presidente.
Para otras actrices “canceladas”, como Roseanne Barr, “la llegada de Donald Trump significa más libertad creativa” según contó a Variety, demostrando una vez más la brecha ideológica que existe en Hollywood y cómo la industria está intentando adaptarse a ese hecho sin perder tanto dinero.
Un analista de Vulture dice que “Hollywood no es tan importante como cree que es” pero al ser una de las industrias internacionales más fuertes en términos de creación cinematográfica, habrá que esperar para ver cuál es el resultado de las nuevas políticas de Trump y el impacto que tiene en las películas que se producen y se exportan al resto del mundo.
